Llegó a nuestra Fundación buscando un trabajo estable, pero encontró mucho más, recibió amor fraterno, el cariño de los residentes, en un lugar donde vivió experiencias que le permitieron ser una mejor persona.

Aquí conoció amistades que la marcaron y dejó un legado de entrega, consciente de que su labor era fundamental para la vida diaria de quienes viven en el hogar San José de Melipilla.

Por ese cariño, Fresia tuvo una despedida organizada por sus compañeros, quienes le desearon mucho éxito en el nuevo proceso que comienza, un descanso merecido luego de tantos años de trabajo.

¡Muchas gracias Fresia por tu ejemplo de integridad, entrega por el otro y el compromiso por el bienestar de todos los que te necesitaron todos estos años!

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#EsTareaDeTodos