En pequeños grupos y manteniendo los debidos resguardos sanitarios, jóvenes alumnos participan con gran motivación y cariño en la construcción de una huerta para el Hogar Juan Pablo I, en Independencia. Los residentes a su vez han estado muy felices con estas primeras visitas, tras un año y medio de restricciones por la pandemia.

“Este es un sueño hecho realidad” afirman don Ricardo y don Valentín, residentes que habitualmente se encargan de mantener el jardín y que hoy reciben a un nuevo grupo de alumnos de sexto año del Colegio Tabancura. “Ellos nos ayudarán a mantener el jardín bonito”, agregan con gran alegría las personas mayores.

Fieles a sus valores, los jóvenes del Colegio Tabancura hoy regresan a realizar actividades de voluntariado, tras el largo período de cierre de visitas que produjo la pandemia. “Han venido en grupos muy pequeños de 5 ó 6 alumnos, que manteniendo todos los resguardos sanitarios, han trabajado paso a paso en labores de limpieza y preparación del lugar donde ubicaremos la huerta. En esta ocasión además han traído plantas aromáticas y medicinales que luego plantaremos aquí”, nos explica la Hermana Viviana Ormeño, Directora Religiosa del Hogar.

Para los estudiantes y sus familias, regresar a este Hogar significa un gran paso de confianza y cariño. Ellos explican: “nos hace muy felices poder estar acá”; misma opinión que tienen las personas mayores residentes, quienes además les han mostrado su Hogar y compartido con ellos un ratito de conversación y canciones, amenizadas por la noble guitarra de don José.

“Los chicos están súper motivados. Cada grupo se ha ido pasando la posta para así avanzar hasta el término de la huerta, que esperamos sea en un tiempo más. Asimismo, se han dado el tiempo para conocer y conversar con los residentes, lo que es muy beneficioso y enriquecedor para todos” nos cuenta la Hermana Viviana.